Comentario
Trabajos del licenciado Alonso Zuazo
Partiendo el licenciado Zuazo del cabo de San Antón, en Cuba, para la Nueva España, le dio temporal que desatinó al piloto de la carabela, y se perdió en las Víboras, donde algunos fueron comidos por los tiburones y lobos marinos, y el licenciado y otros de su compañía se mantuvieron de tortugas, peces como adargas, una de las cuales lleva sobre la concha andando seis hombres, y que ponen en tierra quinientos huevos pequeños; pero lo comían todo crudo, a falta de lumbre. Estuvo muchos días en otra islita, donde se mantuvo de aves crudas, y de la sangre por bebida, donde con la sed y calor grandísimo pronto hubiera perecido, pero sacó lumbre con palos, según los indios la sacan, que le aprovechó mucho. En otra isleta sacó agua con grandísimo trabajo, y quemó leña cubierta de piedra, cosa nueva; hizo una barquilla de la madera de la carabela rota, en la cual envió aviso de su desventura a Cortés con Francisco Ballester, Juan de Arenas y Gonzalo Gómez, que llegaron a prometer castidad perpetua en la tormenta, y un indio que agotase la barquilla; los cuales fueron a dar cerca de Aquiahuistlan, y luego en Veracruz, y después en Medellín, donde preparó Diego de Ocampo un navío y se lo dio, para ir por Zuazo, y lo mismo mandó Cortés, al saberlo, y que si allí viniese Zuazo, le proveyesen muy bien; y tras esto, envió un criado a esperarle a Medellín, el cual, cuando llegó Zuazo, le dio diez mil castellanos, vestidos y cabalgaduras, con que se fuese a México; y fue bien recibido y aposentado por Hernán Cortés, de manera que su desdicha paró en alegría.